CUAC, CUAC
Erase una vez, un pequeño patito blanco que tenía un hermoso plumaje que contrastaba con su alegría de vivir.
Dicho patito vivía en una linda laguna de color azul, que se encontraba cerca de la ciudad de Hillwood. Su nombre era Doug. Pero a pesar de que se creía que lo tenía todo, no era así, ya que Doug tenía un gran problema que le causaba mucha tristeza; no podía hablar.
El patito se llevaba bien con los demás animalitos que habitaban la laguna y trataba de comunicarse con ellos a través de señas y movimientos.
Ante los demás parecía no afectarle el hecho de no poder expresarse con sus amigos; pero la realidad era otra, ya que en su interior, si se sentía triste y preocupado por no poder hablar y expresar su sentir. Pero su alegría de vivir feliz le hacía demostrar a los demás su fortaleza y positivismo en cualquier situación que se le presentara; o siempre se encontraba sonriente y haciendo movimientos que demostraba que estaba contento.
Cierta mañana, Doug despertó sobresaltado y muy triste, ya que tuvo un sueño en el que alguien le decía que él era muy fuerte y que si se lo proponía; podía lograr expresarse como él quisiera, por lo que decidió dar un paseo por el bosque, meditando mucho y tratando de despejar su mente; para ver si así encontraba una solución a su problema.
Pero sin darse cuenta, caminó mucho y llegó a un jardín que parecía un paraíso, ahí encontró a una niña muy linda que se expresaba de muchas formas; y fue ella quien le dio enseñó un rosal de flores amarillas y le dijo que en una de ellas, se encontraba un pergamino que tenía una palabra clave que lo iba a ayudar a realizar el sueño que más anhelaba.
Al descubrir que una de las rosas no se había abierto como las demás, si no que estaba como un botón aún, decidió rociarle unas gotas de agua que parecían que tenían magia; ya que al instante sus pétalos se abrieron y en ese momento apareció sobre un pequeño papel la palabra CUAC y un pensamiento que decía: tu misión es ser feliz y transmitir esa alegría a los demás, expresándote como la palabra que es la clave de esta historia.
Al final, la magia de la palabra CUAC, fue la que logró hacer que el patito pudiera hablar. Dándose cuenta que la magia estaba más en su interior que en el significado de una palabra, realmente lo que el necesitaba era aprender a quererse tal y como era, para poder expresarse sin ninguna barrera y así ser feliz.
Bien Celia... sólo faltaría que expliques qué género es y por qué. Saludos.
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